Corazón de León

Ars es un hombre fuerte, temerario y con cierto desván por las reglas. No obstante de verdad cree que debería existir la justicia en este mundo lleno de mierda. Aun cuando esta justicia no necesariamente fuese a causa de actos justos.

Luego de varios sucesos de su vida, Ars ha madurado en un adulto cariñoso y responsable, acostumbrado a sonreír incluso en los momentos más difíciles, ya que solo los fuertes pueden sonreír incluso en la peor de las tragedias. Sin embargo no logra tener mucha paciencia y hay veces que se deja llevar por sus emociones, los cuales le trae problemas de vez en cuando.

Tras la muerte de Anne, decidió nunca rendirse, tratar de conseguir y obtener todo lo que se propone, y por sobre todo proteger a Nayeli, a la cual quiere mucho.


Único hijo de una familia decadente y disfuncional. Su padre, un violento bastardo, y su madre, una puta drogadicta. La verdad, Ars nunca sintió apego o cariño de parte de sus padres, solo recordaba el sinfín de palizas proporcionadas por los puños de su padre, y el tiempo que le tomaba limpiar el cuerpo vomitado de su madre antes que llegara otro cliente. Ese ambiente no es apto para el desarrollo de un niño, ni mucho menos para que este llegara a ser alguien en la vida. Incluso Ars pensaba que tendría suerte si lograra hacerse de unas cuantas prostitutas y surgir como proxeneta o llegar abrir un burdel.

Aun así, disfuncional familia no logro durar mucho, ese tipo de vida solo se mantuvo así hasta que el chico cumplió 10 años de edad, en donde su padre, en un arranque de ira,  asesino a sangre fría a su madre, por lo cual fue capturado y sentenciado solo a 20 años de prisión. No obstante, este suceso marcaría un antes y un después en la vida de Ars, ya que por ese entonces el chiquillo sin ninguna custodia legal, ni alguien que se encargara de él, ya había robado por primera vez, él pensaba que lo hacía para sobrevivir, pero no era extraño verlo deambulando por la zona comercial para obtener cosas que le gustaran, robarle la cartera a una que otra vieja e huir de la policía.

Que gran vida le esperaba a este chico, ladrón a los 10 años e hijo de un asesino. Todo parecía indicar que este sería el ascenso de otro Shadow de la ciudad. Pero un día todo comenzó a cambiar.

Para el día de su décimo segundo cumpleaños, se encontraba solo en casa, con fiebre. Obviamente al no tener nadie que lo cuidara y mucho menos dinero, su única opción era quedarse en cama. Pobre niño que no conoce del amor familiar, se podría pensar, pero para él era normal, no podía quejarse, al menos tenía un techo sobre su cabeza.

Durante la tarde de ese mismo día, comenzó un tiroteo, en el cual a decir verdad es difícil saber quién disparaba a quien. Pero eso no fue lo importante, lo importante ocurrió cuando de pronto suena la puerta de su casa abrirse y cerrarse de golpe. Él chico se asomó para ver un tanto asustado desde su habitación, a lo cual, para su sorpresa había entrado una joven junto a una pequeña niña de orejas largas de no más 3 años de edad. La joven era bella, demasiado para los estándares de ese lugar, por lo cual quedo embelesado por la belleza de la joven, sin embargo la más pequeña ya se había percatado de la presencia del chico. –Mama…- dijo la más pequeña, para luego esconderse detrás de la pierna de la joven, esta al percatarse de la incomodidad de la niña miro a donde estaba escondido el chico. Pero para su sorpresa esta le sonrió -Perdón por entrar así a tu hogar- luego de eso la chica pareció prepararse para irse. Pero de pronto Ars simplemente colapso.

Los próximos días realmente no tuvo mucha noción de lo que ocurría, solamente sintió como alguien le cuidaba, le cambiaba la ropa, e incluso le secaba el cuerpo. Cuando recobro el conocimiento se encontraba en su habitación, la misma habitación vacía de siempre, las mismas sabanas, la misma puerta… Pero entonces pudo sentir algo distinto, sintió un aroma poco familiar para su casa. Su estómago también se había percatado del exquisito aroma y comenzó hacer ruidos. Poco a poco se reincorporo, se acercó a la puerta y volvió asomarse desde su habitación para ver que ocurría. La joven se encontraba cocinando, mientras la pequeña volvía a esconderse tras las piernas de su madre. –Mama… - dijo casi como si fuese un Déjà vu. –Oh, has despertado.- Agrego la joven –Creo que es algo tarde, pero discúlpanos por irrumpir en tu hogar.- El chico sin habla simplemente negó con la cabeza… La joven se quedó mirando al chico un momento y luego le sonrió -¿Quieres comer con nosotras?- el chico asintió con la cabeza. Ese día lo recuerda bastante bien, jamás había comido algo tan delicioso en su vida.

Unos cuantos años pasaron, Anne y Nayeli comenzaron a vivir bajo el mismo techo que Ars. La primera se había vuelto totalmente en dueña de hogar, trayendo comida a la casa, haciendo los quehaceres de la casa, y velando por Nayeli. La más pequeña por su parte era una chica cariñosa, que al poco tiempo de comenzar a vivir junto con Ars desarrollo un apego hacia él, de vez en cuando incluso despertaba abrazada al chico. Sin embargo Ars, sin nunca conocer lo que se trataba una familia, no se sentía parte de ellas, es más, cuando alguno de sus compañeros de fechorías le preguntan quiénes eran ellas, él respondía “Solo son personas que viven bajo el mismo techo”. Pero aun cuando un cambio en el destino del chico estaba anunciado desde su encuentro con esas chicas, aún falta lo más importante de toda historia, la tragedia.

Ars, cada día se volvía más lejano, se había vuelto un violento bastardo igual que su padre, muchas veces fue visto realizando vandalismo e incluso participando en peleas callejeras. No obstante cada vez que volvía a casa, Anne la recibía con una sonrisa y Nayeli le abrazaba con cariño, por lo mismo pensaba irse de casa en algún momento, debía alejarse de aquel lugar, no podía volverse como su padres. Pero para el décimo séptimo cumpleaños del chico, es decir 5 años después de que Anne y Nayeli llegaran a la vida de Ars, este último descubriría un secreto de Anne que desencadenaría todo.

Ese día Ars volvía frecuentar a los malhechores de poca monta de siempre, generalmente era normal de ellos hablar de mujeres, en especial prostitutas, pero lo curioso es que el tema de ese día le llamo la atención, hablaban sobre una mesera bastante guapa que ofrecía sus servicios si se le daba el incentivo adecuado. El chico, esperando equivocarse convenció a sus “amigos” que quería conocer a dicha prostituta. Fueron al callejón donde supuestamente esa mujer entregaba sus servicios, en tanto, sus compañeros lo dejaron solo, mientras ellos entraban a pagarle a la mesera, así luego de unos minutos Anne salió al callejón. –Tengo solo unos minutos cariño, hagamos esto rápido- Luego su cara se desconfiguró al ver al chico. –Ars, ¿Qué haces aquí?- No respondió nada por un momento, trataba de asimilar lo que veía. De pronto la rabia se apodero de su cuerpo, ¿Por qué rabia?, pues por el hecho que en el fondo Ars admiraba a la mujer, pensaba que a pesar de vivir en la misma mierda, a pesar de todas las complicaciones, siempre la había visto como una mujer esforzada, que sacaba adelante a Nayeli sola, nunca imagino que aquella mujer que admiraba era igual que su madre… -Eres una puta ¿no?, debes hacer tu sucio traba- No termino su frase al momento que recibió una cachetada, una fuerte cachetada que hizo estremecer su cuerpo. ¿Esas pequeñas manos tenían tanta fuerza? –¡¡Las madres sacrificamos todo por nuestros hijos!!-. Luego de eso ella volvió a entrar al restaurant entre lágrimas, mientras él se quedó unos minutos afuera, para luego retirarse y vagar por la ciudad. Ars pensaba en lo que había pasado, pensó en su madre también, “Quizás ella también lloraba cuando yo no la veía… Quizá también tenía sueños.” ¿Pero que hacia él?, la verdad no hacía nada por vivir de mejor manera, simplemente era una carga.

Volvió tarde a casa y se percató que solo estaba Nayeli. –No esta mamá, no llega…- Lagrimas comenzaron a caer por las mejillas de la pequeña -¿Ars por qué no llega mamá?- De pronto un escalofrió recorrió el cuerpo del chico.

Corrió, salió de casa y simplemente corrió… Su destino era el mismo callejón donde había sido la última vez que la había visto. Su sorpresa no podía ser más amarga al llegar al lugar, encontró el cuerpo de Anne sin vida, sucia y en una posición embarazosa, era obvio que había sido violada. –Ella simplemente se rompió- Dijo una voz a su espalda –No quería jugar con nosotros, asi que tuvimos que darle algunas cosas para que se pusiera divertida- ¿Drogas?, “¿Drogaron a mi… madre?”, Ars se giró para ver a los culpables, eran los mismos tipos con los que solía frecuentar. Su mirada llena de odio era clara. –Hey hermano, ¿Por qué nos miras así?, tú mismo dijiste “Solo son personas que viven bajo el mismo techo”- No podría describir la sensación del chico con palabras… “¿Acaso es mi culpa?, ¿Yo hice esto?...” –La muy puta no dejo de decir tu nombre hasta el final, “Ars, Ars, Ars”- El bastardo comenzó a reír con fuerza, Ars simplemente apretó los dientes, y con fuerza golpeo al bastardo que se reía, los demás que estaban ahí solo vieron el suceso sorprendidos. Luego con gentileza tapo y levanto del cuerpo de Anne del suelo. –No será hoy, quizá no sea mañana… Pero los cazare a cada uno de ustedes. ¡No habrá más este tipo de tragedias en esta ciudad!- Miro a los culpables por un momento, su mirada estaba llena de odio, rabia, ira, tristeza, pero algo que nunca había tenido antes en su mirada apareció. Determinación.

Este suceso en su vida realmente lo marco. Los años pasaron, él había cambiado, hoy por hoy cuidaba de Nayeli como se merecia, al igual como Anne había hecho con él. Entreno su cuerpo y su mente para formar parte de la policía, su objetivo: Limpiar las calles de escorias, proteger a los ciudadanos de Shadow City y evitar que tragedias así vuelvan a ocurrir.
–¡Soy Ars Lionhart y vivo para servir y proteger!-


Ars es un hombre joven de 1,90 de estatura, constitución delgada, pero bastante tonificada y tez morena. En lo referente a sus rasgos faciales, la expresión de su rostro se caracteriza por unos penetrantes ojos pardos, con unas ojeras bastante marcadas, y una mueca en los labios que acostumbra a esbozar una ligera sonrisa. Tiene el cabello negro, el cual acostumbra tener cubierto por un sombrero de piel, además de lucir patillas y bello facial en la barbilla.

Junto con ello tiene múltiples tatuajes de color negro y estilo tribal visibles en sus brazos, manos y pecho, siendo uno de los más característicos el de su mano izquierda, dónde tiene una letra tatuada en negro en cada uno de sus dedos, de modo que todas forman al leerlo la palabra “D-E-A-T-H”, por lo cual acostumbra tener un guante en dicha mano.


Ars es un chico de gustos simples, le gusta la comida sabrosa, una buena cerveza y la compañía de buenas mujeres. Aunque esto ultimo solo en su imaginación hasta el momento.

Sus habilidades en combate fueron desarrolladas en la calle, ademas de eso desde la muerte de Anne fue capaz de entrenar aun más su cuerpo y mente. Nutriendo su entrenamiento con meditación y un claro objetivo.

Al ser un humano es propenso a todos los pecados propios de la raza, no obstante tiene una voluntad fuerte, tanto que aquellos quienes se le oponen deberían temer, ya que aun si su cuerpo es de un humano, su corazón esconde una bestia.

Su única arma de momento es una Wilson Combat 1911, la cual aprendido a lo largo de su vida. Otro objeto importante que posee es un anillo de plata que era originalmente de Anne, lo guardo y lo usa colgando de una cadena en el cuello. De este modo no pierde su norte.