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Perdón [Libre]
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Perdón [Libre]
Esa mañana se despertó al alba, se ducho y posteriormente se colocó el uniforme. En silencio y sin despertar a Nayeli, salió de su hogar rumbo al cementerio. Trato de no llamar mucho la atención, en estos días no muchos policías rinden a los muertos, pero el sentía que debía cerrar un capitulo para poder abrir otro. En el camino compro un ramo de flores, no muy llamativas, pero sí que cargaban con mucho cariño, pero sobretodo culpa.
En las puertas del cementerio, se detuvo para respirar, calmar su corazón… Camino hasta una tumba, claramente era una tumba bien cuidada, probablemente se trataba de Nayeli, quien hacia limpieza de aquel lugar de vez en cuando. -Creo que desde tu muerte no he visitado este lugar.- Menciono en voz baja a la tumba, para luego guardar silencio por un momento. -No es que no desee venir a verte, todo lo contrario, pero se me hacía muy difícil mostrarte mi rostro, quizá tu no me quieras recibir aquí.- Puso las flores sobre la tumba con cuidado, en aquel momento pensó que quizá debió haber traído flores más llamativas. -Cuando pequeño creo que nunca te lo dije, pero agradezco de todo corazón que te hayas quedado a cuidar de aquel niño… Cuidar aquel niño sin futuro, sin ambiciones, ni amor para entregar… Solo que tuvo suerte que la puerta que abrieras fuese la suya.- Saco una botella de agua y con cuidado comenzó a limpiar la tumba. -Debí escucharte más, ayudarte más… quizá si en ese tiempo hubiese trabajado o solamente aportado con las cosas de la casa, no hubieses tenido que cargar con una mochila tan pesada… Pero en aquel entonces era aún tonto, aun lo sigo siendo, pero no de la misma manera.- Sonrió de manera algo amarga. -Nayeli se ha convertido en todo una damisela, ya es difícil verla solo como una niña… Respecto a mí, pues no sé, aun no sé si tome la decisión correcta, simplemente la sigo… No quiero detenerme a pensar, debo actuar… Cada día que tarde en cumplir mis metas, es un riesgo que otra historia como la nuestra se repita. No debo permitirlo.- Sus intenciones son reales, él realmente ha cambiado para cambiar a la ciudad. -Hoy por lo que vengo realmente es para pedirte perdón. Todo ocurrió por mi culpa- Se inclinó en muestra de arrepentimiento. -Podría pensar muchas formas que lo que ocurrió, no haya ocurrido, podría pensar miles… Pero de nada serviría. Has muerto por mi culpa. Esta culpa la tendré que cargar toda mi vida, jamás pasara y jamás lograre redimirme, simplemente espero que el día que te vuelva a ver… Me vuelvas a sonreír. Guardo silencio mientras mantenía su postura. Pero su rostro tenía una sonrisa cubierta por las lágrimas.
En las puertas del cementerio, se detuvo para respirar, calmar su corazón… Camino hasta una tumba, claramente era una tumba bien cuidada, probablemente se trataba de Nayeli, quien hacia limpieza de aquel lugar de vez en cuando. -Creo que desde tu muerte no he visitado este lugar.- Menciono en voz baja a la tumba, para luego guardar silencio por un momento. -No es que no desee venir a verte, todo lo contrario, pero se me hacía muy difícil mostrarte mi rostro, quizá tu no me quieras recibir aquí.- Puso las flores sobre la tumba con cuidado, en aquel momento pensó que quizá debió haber traído flores más llamativas. -Cuando pequeño creo que nunca te lo dije, pero agradezco de todo corazón que te hayas quedado a cuidar de aquel niño… Cuidar aquel niño sin futuro, sin ambiciones, ni amor para entregar… Solo que tuvo suerte que la puerta que abrieras fuese la suya.- Saco una botella de agua y con cuidado comenzó a limpiar la tumba. -Debí escucharte más, ayudarte más… quizá si en ese tiempo hubiese trabajado o solamente aportado con las cosas de la casa, no hubieses tenido que cargar con una mochila tan pesada… Pero en aquel entonces era aún tonto, aun lo sigo siendo, pero no de la misma manera.- Sonrió de manera algo amarga. -Nayeli se ha convertido en todo una damisela, ya es difícil verla solo como una niña… Respecto a mí, pues no sé, aun no sé si tome la decisión correcta, simplemente la sigo… No quiero detenerme a pensar, debo actuar… Cada día que tarde en cumplir mis metas, es un riesgo que otra historia como la nuestra se repita. No debo permitirlo.- Sus intenciones son reales, él realmente ha cambiado para cambiar a la ciudad. -Hoy por lo que vengo realmente es para pedirte perdón. Todo ocurrió por mi culpa- Se inclinó en muestra de arrepentimiento. -Podría pensar muchas formas que lo que ocurrió, no haya ocurrido, podría pensar miles… Pero de nada serviría. Has muerto por mi culpa. Esta culpa la tendré que cargar toda mi vida, jamás pasara y jamás lograre redimirme, simplemente espero que el día que te vuelva a ver… Me vuelvas a sonreír. Guardo silencio mientras mantenía su postura. Pero su rostro tenía una sonrisa cubierta por las lágrimas.
Ars Lionhart- Edad PJ : 34
Localización : Shadow City
Fecha de inscripción : 21/09/2015
Re: Perdón [Libre]
Perder un ser querido siempre es complicada, más cuando has compartido la mayor parte de tu vida con esa persona... pero hay algo más complicado de superar, y son los circunstancias de su muerte. Ese era el caso de Rev, desconociendo absolutamente los motivos de la muerte de su amigo o las pistas, la peliazul era incapaz de pasar un día sin llorar o entristecerse. Lo peor de todo era la incapacidad de rendirle homenaje, pues la tumba de Travis no existía. Por las leyes los cadáveres de delincuentes o sin techo eran incinerados y lanzados a dios sabe donde... los restos de su mejor amigo esparcidos en un lugar desconocido...
Ese pensamiento causaba un tremendo dolor a Rev, las lagrimas brotaban de sus ojos sin control, incapaz de ocultar sus sentimientos. La bebida, la droga y el tabaco habían sido unos buenos métodos de escape por años, sin embargo con el paso del tiempo todo acababa desembocando en más dolor... y los efectos no eran suficientes para acallar lo fantasmas del pasado.
Pasó días sin probar ninguno de sus vicios para tener la mente clara, buscando la solución a su dolor... ¿Cual? Encontró la solución en un sencillo acto; un entierro.
Ahí se encontraba Rev en mitad del cementerio, observando con una leve sonrisa una lápida nuevecita. En ella se podía leer el nombre "Travis Howell" y en el epitafio ponía "Disculpad si no me levanto para saludaros". Era el tipo de estupideces dignas del gran Travis, seguro que estaría feliz.
Evidentemente en la tumba no había cuerpo ninguno, solo un caro ataúd forrado de seda y en su interior unas fotos de Travis y ella.
Superar su muerte le costaría media vida más, y lamentaba de corazón no haberle dicho todos sus sentimientos... si bien tuvieron una relación, esta siempre fue complicada. Los "te quiero" o "Mi vida eres tú" no faltaba, únicamente por la parte del chico. Rev se negaba a caer "tan bajo", parecer unos cursis... en realidad sus años de maltratos le hicieron desconfiar y ser incapaz de entregarse cien por cien en una relación... y se arrepentía, de poder volver atrás cambiaría muchos sucesos.
Se arrodilló sobre la tumba y acarició la lápida con suavidad, notando la roca áspera en la yema de sus dedos. De pe tras unos segundos, guardó las manos en los bolsillos y pateó una piedra cercana con nerviosismo.-Es un tontería... porque no puedes escucharme, pero dicen que hablar con los muertos ayuda en el tema de la superación... una tontería ¿Cierto?- Dejó escapar unas carcajadas.-Hace mucho tiempo... que no hablamos ¿Verdad? Desde la última vez que me visitaste en la cárcel, cometí locuras... demasiadas... y permaneciste a mi lado.- Encogida de hombros dejó escapar un suspiro.-Lamento no haber rellenado la tumba con tus restos, no han dejado nada... pero bueno... espero que la tumba sea de tu agrado, la preparé pensando en ti- Guardó silencio un minuto sin apartar la vista.- Prometo encontrar al culpable... y quizás luego me reúna contigo. - Lanzó un último vistazo y se marchó de la tumba, con intenciones de regresar a casa.
De camino a la salida del cementerio divisó una figura no muy lejana; un hombre de su edad más o menos, hablando efusivamente ante una tumba. Guardó silencio para escuchar la "conversación", y una sonrisa escapó de sus labios. No era la única con problemas, el chico también los tenía... muy parecidos a los suyos. Por instinto (y la manía de meterse donde no la llaman), se acercó despacio para no alarmar demasiado al muchacho.- ¿Sabes? Nunca he sido mucho de hablar, y apostaría la mano que mis conversaciones no han sido muy largas... y tú con un lápida has conversado más que yo con la mayoría de mis amigos... ¿Qué conversación das con los vivos?- Esperaba no incomodarle con la broma, si bien no era el sitio idóneo, nunca estaba de más...
Ese pensamiento causaba un tremendo dolor a Rev, las lagrimas brotaban de sus ojos sin control, incapaz de ocultar sus sentimientos. La bebida, la droga y el tabaco habían sido unos buenos métodos de escape por años, sin embargo con el paso del tiempo todo acababa desembocando en más dolor... y los efectos no eran suficientes para acallar lo fantasmas del pasado.
Pasó días sin probar ninguno de sus vicios para tener la mente clara, buscando la solución a su dolor... ¿Cual? Encontró la solución en un sencillo acto; un entierro.
Ahí se encontraba Rev en mitad del cementerio, observando con una leve sonrisa una lápida nuevecita. En ella se podía leer el nombre "Travis Howell" y en el epitafio ponía "Disculpad si no me levanto para saludaros". Era el tipo de estupideces dignas del gran Travis, seguro que estaría feliz.
Evidentemente en la tumba no había cuerpo ninguno, solo un caro ataúd forrado de seda y en su interior unas fotos de Travis y ella.
Superar su muerte le costaría media vida más, y lamentaba de corazón no haberle dicho todos sus sentimientos... si bien tuvieron una relación, esta siempre fue complicada. Los "te quiero" o "Mi vida eres tú" no faltaba, únicamente por la parte del chico. Rev se negaba a caer "tan bajo", parecer unos cursis... en realidad sus años de maltratos le hicieron desconfiar y ser incapaz de entregarse cien por cien en una relación... y se arrepentía, de poder volver atrás cambiaría muchos sucesos.
Se arrodilló sobre la tumba y acarició la lápida con suavidad, notando la roca áspera en la yema de sus dedos. De pe tras unos segundos, guardó las manos en los bolsillos y pateó una piedra cercana con nerviosismo.-Es un tontería... porque no puedes escucharme, pero dicen que hablar con los muertos ayuda en el tema de la superación... una tontería ¿Cierto?- Dejó escapar unas carcajadas.-Hace mucho tiempo... que no hablamos ¿Verdad? Desde la última vez que me visitaste en la cárcel, cometí locuras... demasiadas... y permaneciste a mi lado.- Encogida de hombros dejó escapar un suspiro.-Lamento no haber rellenado la tumba con tus restos, no han dejado nada... pero bueno... espero que la tumba sea de tu agrado, la preparé pensando en ti- Guardó silencio un minuto sin apartar la vista.- Prometo encontrar al culpable... y quizás luego me reúna contigo. - Lanzó un último vistazo y se marchó de la tumba, con intenciones de regresar a casa.
De camino a la salida del cementerio divisó una figura no muy lejana; un hombre de su edad más o menos, hablando efusivamente ante una tumba. Guardó silencio para escuchar la "conversación", y una sonrisa escapó de sus labios. No era la única con problemas, el chico también los tenía... muy parecidos a los suyos. Por instinto (y la manía de meterse donde no la llaman), se acercó despacio para no alarmar demasiado al muchacho.- ¿Sabes? Nunca he sido mucho de hablar, y apostaría la mano que mis conversaciones no han sido muy largas... y tú con un lápida has conversado más que yo con la mayoría de mis amigos... ¿Qué conversación das con los vivos?- Esperaba no incomodarle con la broma, si bien no era el sitio idóneo, nunca estaba de más...
- off:
- Asdasd al final me metí, me daba penita(?)
Raven Queen- Shadows
- Fecha de inscripción : 18/09/2015
Re: Perdón [Libre]
El sentimiento más difícil de dejar luego de la perdida de alguien es la tristeza. A veces cualquier recuerdo puede derrumbar fácilmente a alguien. Atraer el dolor nuevamente al corazón es tan sencillo como ver una foto, encontrar una vieja carta, o mientras se está solo en casa y sentir el vacío. Posiblemente en este momento en el cementerio habrán muchas más personas sufriendo por alguien quien ya no está, un familiar quizás, un amigo talvez, un incluso un amor… ¿Quién sabe? Pero él al menos no había perdido todo, e incluso, su perdida le ha creado nuevas metas, nuevos objetivos y a alguien quien cuidar. ¿Pero cómo será para aquellos que sienten que lo pierden todo?, ¿Cómo encontrar fuerzas?, ¿Cómo decidir el rumbo? Algunas dudas dieron vuelta por su cabeza, sin tener una respuesta realmente.
Después de unos minutos, y luego de dejar caer un par de lágrimas más, limpio su rostro con la manga de su chaqueta, “No puedo estar triste para siempre.” Pensó, es más, si existiese la más mínima posibilidad que le estuviese sonriendo sea donde sea que estuviese, no sería bueno no devolverle dicha sonrisa con una cara llena de alegría. -Bueno… Y si no me sonríes, hare que me sonrías.- Soltó una risa y volvió a sonreír, era lo que ella le había enseñado, sonreír. Tras todo lo ocurrido, de pronto una extraña se le acerco. Era una mujer delgada, algo desalineada y notoriamente desviada del camino. Curiosamente, o más bien, irónicamente le recordaba un poco a él mismo. Tras escuchar las curiosas palabras de la desconocida él comenzó a pensar. “Di algo interesante, ella piensa que eres interesante… O raro… Bueno al menos por algo que acerco.” Solo con verla no podría adivinar quién era al que había perdido, ni mucho menos saber la magnitud de su dolor, pero aun si no sabía, podía sentir que al menos se significó algo para ella. “Cada persona tiene un impacto en la vida de otra.” Pensó antes de hablar. “¿Qué impacto puedo dejar en ella?” -Hay veces que es mucho más fácil expresarle algo a quien no te juzgara, es por eso que es sencillo hablar con un muerto o con un desconocido que con gente cercana.- Y no era mentira, si él le expresara lo mismo a Nayeli, esta no se quedaría callada como lo ha hecho la tumba de su madre. -Pues no es que siempre sea así de hablador, aunque hay gente que piensa que soy algo payaso, y me juzga por mi pasado… Pero bueno, realmente si quieres hablar, podemos sentarnos por ahí a conversar un momento, o puedo solo oírte si así lo prefieres.- Comenzó rascándose la cabeza por sobre su gorro, para luego indicar una banca bajo un gran árbol no muy lejos de donde se encontraban. -Por cierto, soy Ars… Ars Lionhart, y espero satisfacer tus ansias de hablar.- Le tendió la mano al momento de presentarse esperando que la extraña se presentara de vuelta.
Realmente no dudaba que esa chica fuese una criminal, podía verlo, conoció y convivió con gente como ella por bastante tiempo como para no saberlo… “Es algo en sus ojos” Pensó, tratando de justificar sus dudas, pero realmente no le importaba. Creía que posiblemente Anne también dudo al conocerlo, no obstante, lo primero que le mostró fue su gran sonrisa.
Después de unos minutos, y luego de dejar caer un par de lágrimas más, limpio su rostro con la manga de su chaqueta, “No puedo estar triste para siempre.” Pensó, es más, si existiese la más mínima posibilidad que le estuviese sonriendo sea donde sea que estuviese, no sería bueno no devolverle dicha sonrisa con una cara llena de alegría. -Bueno… Y si no me sonríes, hare que me sonrías.- Soltó una risa y volvió a sonreír, era lo que ella le había enseñado, sonreír. Tras todo lo ocurrido, de pronto una extraña se le acerco. Era una mujer delgada, algo desalineada y notoriamente desviada del camino. Curiosamente, o más bien, irónicamente le recordaba un poco a él mismo. Tras escuchar las curiosas palabras de la desconocida él comenzó a pensar. “Di algo interesante, ella piensa que eres interesante… O raro… Bueno al menos por algo que acerco.” Solo con verla no podría adivinar quién era al que había perdido, ni mucho menos saber la magnitud de su dolor, pero aun si no sabía, podía sentir que al menos se significó algo para ella. “Cada persona tiene un impacto en la vida de otra.” Pensó antes de hablar. “¿Qué impacto puedo dejar en ella?” -Hay veces que es mucho más fácil expresarle algo a quien no te juzgara, es por eso que es sencillo hablar con un muerto o con un desconocido que con gente cercana.- Y no era mentira, si él le expresara lo mismo a Nayeli, esta no se quedaría callada como lo ha hecho la tumba de su madre. -Pues no es que siempre sea así de hablador, aunque hay gente que piensa que soy algo payaso, y me juzga por mi pasado… Pero bueno, realmente si quieres hablar, podemos sentarnos por ahí a conversar un momento, o puedo solo oírte si así lo prefieres.- Comenzó rascándose la cabeza por sobre su gorro, para luego indicar una banca bajo un gran árbol no muy lejos de donde se encontraban. -Por cierto, soy Ars… Ars Lionhart, y espero satisfacer tus ansias de hablar.- Le tendió la mano al momento de presentarse esperando que la extraña se presentara de vuelta.
Realmente no dudaba que esa chica fuese una criminal, podía verlo, conoció y convivió con gente como ella por bastante tiempo como para no saberlo… “Es algo en sus ojos” Pensó, tratando de justificar sus dudas, pero realmente no le importaba. Creía que posiblemente Anne también dudo al conocerlo, no obstante, lo primero que le mostró fue su gran sonrisa.
- Off Rol:
- Realmente tienen bastante similitudes, no solo en su apariencia física (Tatuajes, manera de vestir), si no también en su historia. Salvo que en mi historia, es el padre quien esta vivo y no la madre. Además, y al igual que Raven, Ars perdió a alguien importante (Raven=Travis, Ars=Anne) jajaja.
Ars Lionhart- Edad PJ : 34
Localización : Shadow City
Fecha de inscripción : 21/09/2015
Re: Perdón [Libre]
Para su alivio el chico no se había tomado a mal la broma, totalmente al contrario le respondió de forma amable y educada. Era de agradecer teniendo en cuenta el brutal carácter de la peliazul, incapaz de soportar las tonterías de nadie y aguantarse las ganas de responder a cualquier amenaza, Le sorprendía estar hablado con tanta calma con un policía.-Espera... es un puto polí.- Pensó aguantando las ganas de darse un golpe en la frente por ser tan idiota y no fijarse bien en el contrario. Había estado tan absorta en la lápida y los alrededores que no se fijó en la propia vestimenta del chico... un maldito uniforme oficial de la policía.
Automáticamente se puso nerviosa, estaba entablando conversación con su peor enemigo "un agente de la ley". Se tranquilizó por la falta de entusiasmo del chico, no le reconoció, eso significaba que no se fijaba mucho en los carteles de "Fugitivos". De irse por la cara levantaría las sospechas... además, pensándolo mejor, estaban en un cementerio visitando a sus seres queridos... ¿De verdad querrían pelear o discutir? No valía la pena... por una vez en su vida, Rev hablaría con un policía sin tener las esposas puestas.
- En eso le doy la razón, señor agente.- Sonrió a modo de afirmación sobre sus palabras.- La gente importante suele meterse en tu vida y aconsejarte... ignorando pequeños detalles, o te hacen sentir la persona más miserable del mundo...- Sus últimas palabras fueron una dedicatoria a su propia madre, esa mujer capaz de hacerle sentir mal y bien al mismo tiempo.
Recordar a su progenitora le resulto poco gratificante, en un momento ya tenía un mal sabor de boca. Por instinto llevó la mano al bolsillo interior de la chaqueta para sacar el paquete de cigarrillos y el zippo. Golpeó con suavidad la base del paquete, haciendo que uno de lo cigarro sobresaliera de los demás. Lo agarró con los labios y guardo la cajetilla, aun conservando el zippo que usó segundos después para encender el cigarro, guardando finalmente el encendedor.
Fumar la tranquilizaba, y no era ilegal hacerlo delante de un policía, supuso que no le importaría mucho...
El ofrecimiento del chico le animó un poco, no pudo más que estrechar la mano contraria y sonreír. Tras soltarla, agarró el cigarrillo entre los dedos y expulsó el humo en dirección contraria para no molestarle.-No soy ese tipo de persona que juzga por el pasado... sin embargo, cuanto más sórdido y complicado, mejor. - Lo decía mitad en broma, mitad en serio...-Encantada agente Lionhart ¿Le importa si le llamo Ars a secas?- Bromeó una vez más para aliviar tensiones.-Soy Raven Queen.
Se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia la banca señalada por el policía, tomando asiento en esta.-¿De que quieres hablar, Ars? Puedes empezar por decirme quien es ella...- Señaló la tumba con el nombre "Anne".
Automáticamente se puso nerviosa, estaba entablando conversación con su peor enemigo "un agente de la ley". Se tranquilizó por la falta de entusiasmo del chico, no le reconoció, eso significaba que no se fijaba mucho en los carteles de "Fugitivos". De irse por la cara levantaría las sospechas... además, pensándolo mejor, estaban en un cementerio visitando a sus seres queridos... ¿De verdad querrían pelear o discutir? No valía la pena... por una vez en su vida, Rev hablaría con un policía sin tener las esposas puestas.
- En eso le doy la razón, señor agente.- Sonrió a modo de afirmación sobre sus palabras.- La gente importante suele meterse en tu vida y aconsejarte... ignorando pequeños detalles, o te hacen sentir la persona más miserable del mundo...- Sus últimas palabras fueron una dedicatoria a su propia madre, esa mujer capaz de hacerle sentir mal y bien al mismo tiempo.
Recordar a su progenitora le resulto poco gratificante, en un momento ya tenía un mal sabor de boca. Por instinto llevó la mano al bolsillo interior de la chaqueta para sacar el paquete de cigarrillos y el zippo. Golpeó con suavidad la base del paquete, haciendo que uno de lo cigarro sobresaliera de los demás. Lo agarró con los labios y guardo la cajetilla, aun conservando el zippo que usó segundos después para encender el cigarro, guardando finalmente el encendedor.
Fumar la tranquilizaba, y no era ilegal hacerlo delante de un policía, supuso que no le importaría mucho...
El ofrecimiento del chico le animó un poco, no pudo más que estrechar la mano contraria y sonreír. Tras soltarla, agarró el cigarrillo entre los dedos y expulsó el humo en dirección contraria para no molestarle.-No soy ese tipo de persona que juzga por el pasado... sin embargo, cuanto más sórdido y complicado, mejor. - Lo decía mitad en broma, mitad en serio...-Encantada agente Lionhart ¿Le importa si le llamo Ars a secas?- Bromeó una vez más para aliviar tensiones.-Soy Raven Queen.
Se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia la banca señalada por el policía, tomando asiento en esta.-¿De que quieres hablar, Ars? Puedes empezar por decirme quien es ella...- Señaló la tumba con el nombre "Anne".
Raven Queen- Shadows
- Fecha de inscripción : 18/09/2015
Re: Perdón [Libre]
Raven Queen era el nombre de aquella chica… “Esa Raven Queen” Pensó, esa de la cual no se deja de hablar en los pasillos de la comisaria, una mujer cruel, despiadada, sin escrupulos al momento de dañar o asesinar. Esa Raven Queen que según recuerda de los reportes de inteligencia, era una chica con una vida bastante complicada y dificil, la cual termino convirtiendoce en una criminal buscada por la justicia de Shadow City. La verdad, a pesar de todas las historias e informacion que existen en su cabeza sobre ella, no podia odiarla, ya que él podria haber sido igual, la unica diferencia eran las decisiones que habian tomado durante su vida antes de llegar aquí… Aun asi, él pensaba que a pesar de ser una criminal buscada, no la creia tan despiadada como los reportes informaban… Ella esta aquí, en el cementerio, lamentando la perdida de alguien querido, las personas realmente despiadas no poseen esa capacidad… Además, no podia aprenderla en un lugar asi, en especial si ella se habia acercado de forma tan pacifica solamente para hablar.
Sonrió ligeramente ante la pregunta de la chica, imagino que de eso iría el tema de conversación, así que estaba preparado mentalmente para empezar. -Pues una historia algo complicada… Anne fue una chica que apareció en mi vida cuando yo era bastante joven, tenía alrededor de los diez años de edad, y ella trato de entregarme algo… Algo que no era materia, que además en ese tiempo yo no buscaba, ni quería, pero que realmente necesitaba… Aunque no me di cuenta de ello a tiempo.- Se podía escuchar algo de arrepentimiento en sus palabras. Y en si era verdad. En ese tiempo no era más que un chico malcriado, un criminal en potencia que tuvo la suerte que alguien le mostro el camino correcto. Suspiro antes de comenzar hablar nuevamente. -Como podría explicártelo, la primera vez que la vi, ella sonrió… Y de algún modo u otro esa sonrisa marco mi vida, es por eso soy capaz de sonreír hasta en la peor de las situaciones. No obstante, jamás podre remediar lo que paso, lo cual fue enteramente mi culpa… Pero, algo que sí puedo hacer, es dar lo mejor de mi cada día.- Anne para él fue una luz que trato de guiar su camino, de mostrarle que uno puede superar la adversidad, él realmente deseaba haberse dado cuenta antes de todo eso, pero en aquel tiempo estaba preocupado de su vida en las calles, incluso por aquel entonces pensaba entrar a los Shadows, “que equivocado estaba” Pensó con algo de rabia, pero nada se podía hacer, el tiempo ya ha pasado y al menos queda la tranquilidad que aquella persona descansa.
Luego de terminar de hablar se giró hacia Raven. -¿Y tú?, ¿Cuál es la historia que vas a contarme?- Pregunto de buen ánimo y disposición. -¿A quién viniste a visitar el día de hoy?- Preguntaba con una sonrisa en el rostro, era obvio que debía ser alguien importante para presentarse en plena luz del día. -Eso sí, no te obligues a hablar si así no lo deseas, simplemente cuéntame lo que puedas… Yo estaré atento a lo que me dices.-
Por su lado, él seguía pensando en Anne, ¿Quizá que esté pensando ella de mí en este momento?, “Yo también puedo ofrecerle mi sonrisa desinteresada a alguien” Pensó, para luego concentrar toda su atención en Raven. Estaba seguro que la historia que contara sería algo personal, y de poder ayudarla, lo haría. Quizá es eso lo que le faltaba a su compañera de banca, Justicia en su vida… -Lo que digas de verdad quedara entre nosotros, lo prometo frente la tumba de Anne…- Y así seria, en sus ojos se podía ver ese tipo de determinación que no todo hombre posee.
Sonrió ligeramente ante la pregunta de la chica, imagino que de eso iría el tema de conversación, así que estaba preparado mentalmente para empezar. -Pues una historia algo complicada… Anne fue una chica que apareció en mi vida cuando yo era bastante joven, tenía alrededor de los diez años de edad, y ella trato de entregarme algo… Algo que no era materia, que además en ese tiempo yo no buscaba, ni quería, pero que realmente necesitaba… Aunque no me di cuenta de ello a tiempo.- Se podía escuchar algo de arrepentimiento en sus palabras. Y en si era verdad. En ese tiempo no era más que un chico malcriado, un criminal en potencia que tuvo la suerte que alguien le mostro el camino correcto. Suspiro antes de comenzar hablar nuevamente. -Como podría explicártelo, la primera vez que la vi, ella sonrió… Y de algún modo u otro esa sonrisa marco mi vida, es por eso soy capaz de sonreír hasta en la peor de las situaciones. No obstante, jamás podre remediar lo que paso, lo cual fue enteramente mi culpa… Pero, algo que sí puedo hacer, es dar lo mejor de mi cada día.- Anne para él fue una luz que trato de guiar su camino, de mostrarle que uno puede superar la adversidad, él realmente deseaba haberse dado cuenta antes de todo eso, pero en aquel tiempo estaba preocupado de su vida en las calles, incluso por aquel entonces pensaba entrar a los Shadows, “que equivocado estaba” Pensó con algo de rabia, pero nada se podía hacer, el tiempo ya ha pasado y al menos queda la tranquilidad que aquella persona descansa.
Luego de terminar de hablar se giró hacia Raven. -¿Y tú?, ¿Cuál es la historia que vas a contarme?- Pregunto de buen ánimo y disposición. -¿A quién viniste a visitar el día de hoy?- Preguntaba con una sonrisa en el rostro, era obvio que debía ser alguien importante para presentarse en plena luz del día. -Eso sí, no te obligues a hablar si así no lo deseas, simplemente cuéntame lo que puedas… Yo estaré atento a lo que me dices.-
Por su lado, él seguía pensando en Anne, ¿Quizá que esté pensando ella de mí en este momento?, “Yo también puedo ofrecerle mi sonrisa desinteresada a alguien” Pensó, para luego concentrar toda su atención en Raven. Estaba seguro que la historia que contara sería algo personal, y de poder ayudarla, lo haría. Quizá es eso lo que le faltaba a su compañera de banca, Justicia en su vida… -Lo que digas de verdad quedara entre nosotros, lo prometo frente la tumba de Anne…- Y así seria, en sus ojos se podía ver ese tipo de determinación que no todo hombre posee.
Ars Lionhart- Edad PJ : 34
Localización : Shadow City
Fecha de inscripción : 21/09/2015
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