Conectarse
Últimos temas
When you see her [Priv. Miyu Lecter]
2 participantes
Página 1 de 1.
When you see her [Priv. Miyu Lecter]
¡Bendita fuera la noche! Al menos todo lo que tenía que ver con ella le encantaba. Siempre se había considerado una persona nocturna, quizás porque también siempre era más fácil mentir y llegar a cumplir todo aquello que ella quisiera cumplir. Además que las mujeres por la noche también le resultaban más guapas y atractivas, ¿materealista? por supuesto, Leo solo buscaba algo esporádico como para fijarse en algo más allá del físico.
Su día había sido productivo, tras un par de sesión de fotos para una revista de mujeres tatuadas, se había dejado convencer para salir un rato de copas. No es que fuera a beber, por muy cabeza loca que fuera, nunca jugaba con su salud y la de los demás y teniendo que ir con moto, no pensaba jugársela.
Eran las 12:00 de la noche en punto y Leo aparcaba la moto frente al pub en el que había quedado. Llegaba media hora tarde, pero no parecía estar preocupada y mucho menos tener prisa de algo. Miró de lado a lado en lo que la gente entraba y salía del lugar en búsqueda de alguien conocido. Diferentes miradas se posaban sobre la morena y no era para menos, su traje negro remarcaba su esbelta y torneada figura, sus piernas largas se veían kilométricas con los botines de tacón de 16 centímetros, no le hacían falta, para eso era alta, pero adoraba el despertar las miradas ajenas al verla pasar. Sonrió al ver como el novio de una muchacha la miraba con insistencia, sabía lo que pasaba por la cabeza de ese hombre porque ella muchas veces pensaba como uno. Se merecía que ella se follara a esa muchacha esa noche, solo por ser tan infeliz de faltarle el respeto de esa manera estando ella delante. Prestó atención en la muchacha con tal de recordarla, incluso con cierto descaro para que tanto ella como su estúpido novio se dieran cuenta, la buscaría más tarde, para suerte o desgracia de Leo, toda mujer que buscaba solía caer en sus garras fueran homosexuales o no. Giró la cabeza y se encaminó hacia dentro del local, cargando su casco con la mano derecha.
La música le azotó los oídos de mala manera, incluso sintió serias tentaciones de darse la vuelta sobre su talón y marcharse, pero no podía, no sería presentable, ya llegaba tarde y solo le faltaba eso. Suspiró con pesadez y volvió a utilizar su mirar como buscador, en una parte había una pista de baile lo bastante oscura como para costar reconocer rostro alguno y en otra parte que sería la "social", descansaban mesas y sofás en dónde la gente debía gritarse entre ellos para hacerse entender. Pudo ver a sus compañeros de trabajo en uno de dichos sofás cuyos brindaban de forma entretenida. Se acercó con una forzada pero perfecta sonrisa, dejándose caer sobre uno de los chicos allí presentes con cierto aire humorístico. Todos rieron, incluso ella al ver lo incómodo que se había puesto el chico por su gesto de confianza, más que molesto, intimidado. Leo solía causar esas reacciones, intimidaba a la gente... y la gente no tenía ni idea de cuan placentero resultaba eso para ella. Dejando el casco en el sofá a ojos de sus compañeros, se apartaba de camino a la barra por simple pereza de esperar a que vinieran a atenderla.
—¡Un agua con limón!— Gritó a la camarera una vez estuvo apoyada en la barra, le resultaba imposible hacerse entender sin gritos. La situación cada vez la estresaba más. En la espera, su mirar fue directo a una muchacha que no estaba mucho más lejos, era bajita (cosa no muy difícil al lado de Leo) y con una preciosa carita de niña pequeña, quizás por eso se fijó tanto en ella. "Te mereces que te encierren, maldita pederasta." Se rió ante su propio pensamiento, pero aún así, no apartó el mirar de la chica, quizás en la espera de que sus ojos se cruzaran con los suyos, si no, ya se las arreglaría para hacer que sucediera. La noche era larga y terminaba de comenzar.
Su día había sido productivo, tras un par de sesión de fotos para una revista de mujeres tatuadas, se había dejado convencer para salir un rato de copas. No es que fuera a beber, por muy cabeza loca que fuera, nunca jugaba con su salud y la de los demás y teniendo que ir con moto, no pensaba jugársela.
Eran las 12:00 de la noche en punto y Leo aparcaba la moto frente al pub en el que había quedado. Llegaba media hora tarde, pero no parecía estar preocupada y mucho menos tener prisa de algo. Miró de lado a lado en lo que la gente entraba y salía del lugar en búsqueda de alguien conocido. Diferentes miradas se posaban sobre la morena y no era para menos, su traje negro remarcaba su esbelta y torneada figura, sus piernas largas se veían kilométricas con los botines de tacón de 16 centímetros, no le hacían falta, para eso era alta, pero adoraba el despertar las miradas ajenas al verla pasar. Sonrió al ver como el novio de una muchacha la miraba con insistencia, sabía lo que pasaba por la cabeza de ese hombre porque ella muchas veces pensaba como uno. Se merecía que ella se follara a esa muchacha esa noche, solo por ser tan infeliz de faltarle el respeto de esa manera estando ella delante. Prestó atención en la muchacha con tal de recordarla, incluso con cierto descaro para que tanto ella como su estúpido novio se dieran cuenta, la buscaría más tarde, para suerte o desgracia de Leo, toda mujer que buscaba solía caer en sus garras fueran homosexuales o no. Giró la cabeza y se encaminó hacia dentro del local, cargando su casco con la mano derecha.
La música le azotó los oídos de mala manera, incluso sintió serias tentaciones de darse la vuelta sobre su talón y marcharse, pero no podía, no sería presentable, ya llegaba tarde y solo le faltaba eso. Suspiró con pesadez y volvió a utilizar su mirar como buscador, en una parte había una pista de baile lo bastante oscura como para costar reconocer rostro alguno y en otra parte que sería la "social", descansaban mesas y sofás en dónde la gente debía gritarse entre ellos para hacerse entender. Pudo ver a sus compañeros de trabajo en uno de dichos sofás cuyos brindaban de forma entretenida. Se acercó con una forzada pero perfecta sonrisa, dejándose caer sobre uno de los chicos allí presentes con cierto aire humorístico. Todos rieron, incluso ella al ver lo incómodo que se había puesto el chico por su gesto de confianza, más que molesto, intimidado. Leo solía causar esas reacciones, intimidaba a la gente... y la gente no tenía ni idea de cuan placentero resultaba eso para ella. Dejando el casco en el sofá a ojos de sus compañeros, se apartaba de camino a la barra por simple pereza de esperar a que vinieran a atenderla.
—¡Un agua con limón!— Gritó a la camarera una vez estuvo apoyada en la barra, le resultaba imposible hacerse entender sin gritos. La situación cada vez la estresaba más. En la espera, su mirar fue directo a una muchacha que no estaba mucho más lejos, era bajita (cosa no muy difícil al lado de Leo) y con una preciosa carita de niña pequeña, quizás por eso se fijó tanto en ella. "Te mereces que te encierren, maldita pederasta." Se rió ante su propio pensamiento, pero aún así, no apartó el mirar de la chica, quizás en la espera de que sus ojos se cruzaran con los suyos, si no, ya se las arreglaría para hacer que sucediera. La noche era larga y terminaba de comenzar.
Leonna Bardych- Ciudadano
- Fecha de inscripción : 19/09/2015
Re: When you see her [Priv. Miyu Lecter]
En su día reinaba la monotonía, por lo que, de forma aburrida transcurrió aquel, día, ella estaba de forma somnolienta ya que no había descansado debidamente, asique después de la escuela, su día cambió, rodeándola entre todos los muchachos de la escuela, los cuales, al ver su rostro angelical y las habladurías de que ella no tenía ninguna verguenza en cuanto a lo relacionado con lo sexual, solo podían tener fantasías más y más eróticas con ella, ya que, aunque sea pequeña, delgada y apenas tenga cuerpo. El ansia de dominar del ser humano la hacía adorable y, ¿por qué no? Violable. La dijeron que iban a ir de fiesta, a un lugar desconocido, bastante reciente y ella negó de forma amable, pero sin esbozar una simple sonrisa en su rostro. No iba a darles aquel placer a aquellos muchachos de verla sonreír, y menos de gemir ya que todos eran chicos muy jovenes, cosa que a ella no la llamaba la atención.
Tras aquello decidió descansar un poco y, al despertar, con aquel pijama(Una camisa muy grande que perteneció a su padre fallecido y un culotte negro con encajes en la parte inferior que hacen aparentar que tiene más trasero del poco que tiene), se miró a si misma y pensó ''¿Por qué no intentar ser más sociable?'' Asique se levantó, estirándose para desperezarse y se vistió, poniéndose su uniforme escolar, no les iba a dar el placer de verla con sus vestidos, aunque de esa forma parecía aun más adorable,y, una vez así vestida, trató de recordar el lugar y la hora a la que quedaron todos, y, una vez llegada la media noche fué, como ellos deseaban, encontrándola allí, como una figura de porcelana rota por sus sentimientos y por sus recuerdos. Al poco tiempo vio que algo causaba bastante revuelo, era una muchacha, bastante sensual, pero decidió hacer caso omiso al ver que tenía pareja, asique esperó unos minutos más a que los muchachos apareciesen... Llegaron 20 minutos tarde, pero al verla allí todos la rodearon como si de acosadores se tratasen, era por ello que se escapó en un par de movimientos rápidos, y fue a la barra esperando a que la muchacha la atendiese, y, tras esperar unos minutos, la camarera la atendió, pidiendo esta algo en su oido, y, ella, bastante perpleja la empezó a preparar un vodka negro con cocacola. Ya que sabía que iba a necesitar bastante alcohol para soportar a todos aquellos incultos, que en cuanto se dieron cuenta de que la muchacha se fué, la miraban desde lejos y planeaban cómo hacer su pequeño y lujurioso cuerpo como suyo.
La camarera al ver aquello la preguntó si eso no la importaba, a lo que Miyu respondió con una mirada directa a sus ojos y la dió el dinero exacto, mordiendose el dedo para que cayese un par de gotas de su propia sangre sobre el hielo, viendo cómo se congelaba de forma lenta y la bebida cogía un tono rojizo, pareciendo asi vino. Los ojos se la pusieron rojos y bebió de forma lenta y paciente.
Todo aquel ambiente le agobiaba ya que estaba acostumbrada a dibujar en el bosque y entretenerse con cosas que eran relajadas, asique aquella música infernal, solo golpeaba sus oidos y llegaba a su cabeza como martillazos, pero, todo sea por probar cosas nuevas... Miró su vaso y vió cómo los hielos se movían suavemente, chocando con las paredes del vaso, y oyó a la muchacha morena pedir ese vaso...''¿Ese vaso... En un lugar como este?'' la había descuadrado por completo y cuando se decidió por voltear la vista hacia ella se chocó con su mirada. Sus ojos, ahora morados ya que se estaba alimentando y era el conjunto de colores de sus ojos azules marinos y el rojo intenso de su sed vampírica se habían juntado, quedando ese tono extraño, fue alli cuando tras unos segundos mirándola con su mirada apenada, triste y solitaria, decidió mirar a los muchachos e ir con ellos, bebiendo algo más, aguantando a aquellos estúpidos e inutiles que lo unico que querian de ella era saciar sus ansias y cometer con ella todo tipo de pecados carnales.
Tras aquello decidió descansar un poco y, al despertar, con aquel pijama(Una camisa muy grande que perteneció a su padre fallecido y un culotte negro con encajes en la parte inferior que hacen aparentar que tiene más trasero del poco que tiene), se miró a si misma y pensó ''¿Por qué no intentar ser más sociable?'' Asique se levantó, estirándose para desperezarse y se vistió, poniéndose su uniforme escolar, no les iba a dar el placer de verla con sus vestidos, aunque de esa forma parecía aun más adorable,y, una vez así vestida, trató de recordar el lugar y la hora a la que quedaron todos, y, una vez llegada la media noche fué, como ellos deseaban, encontrándola allí, como una figura de porcelana rota por sus sentimientos y por sus recuerdos. Al poco tiempo vio que algo causaba bastante revuelo, era una muchacha, bastante sensual, pero decidió hacer caso omiso al ver que tenía pareja, asique esperó unos minutos más a que los muchachos apareciesen... Llegaron 20 minutos tarde, pero al verla allí todos la rodearon como si de acosadores se tratasen, era por ello que se escapó en un par de movimientos rápidos, y fue a la barra esperando a que la muchacha la atendiese, y, tras esperar unos minutos, la camarera la atendió, pidiendo esta algo en su oido, y, ella, bastante perpleja la empezó a preparar un vodka negro con cocacola. Ya que sabía que iba a necesitar bastante alcohol para soportar a todos aquellos incultos, que en cuanto se dieron cuenta de que la muchacha se fué, la miraban desde lejos y planeaban cómo hacer su pequeño y lujurioso cuerpo como suyo.
La camarera al ver aquello la preguntó si eso no la importaba, a lo que Miyu respondió con una mirada directa a sus ojos y la dió el dinero exacto, mordiendose el dedo para que cayese un par de gotas de su propia sangre sobre el hielo, viendo cómo se congelaba de forma lenta y la bebida cogía un tono rojizo, pareciendo asi vino. Los ojos se la pusieron rojos y bebió de forma lenta y paciente.
Todo aquel ambiente le agobiaba ya que estaba acostumbrada a dibujar en el bosque y entretenerse con cosas que eran relajadas, asique aquella música infernal, solo golpeaba sus oidos y llegaba a su cabeza como martillazos, pero, todo sea por probar cosas nuevas... Miró su vaso y vió cómo los hielos se movían suavemente, chocando con las paredes del vaso, y oyó a la muchacha morena pedir ese vaso...''¿Ese vaso... En un lugar como este?'' la había descuadrado por completo y cuando se decidió por voltear la vista hacia ella se chocó con su mirada. Sus ojos, ahora morados ya que se estaba alimentando y era el conjunto de colores de sus ojos azules marinos y el rojo intenso de su sed vampírica se habían juntado, quedando ese tono extraño, fue alli cuando tras unos segundos mirándola con su mirada apenada, triste y solitaria, decidió mirar a los muchachos e ir con ellos, bebiendo algo más, aguantando a aquellos estúpidos e inutiles que lo unico que querian de ella era saciar sus ansias y cometer con ella todo tipo de pecados carnales.
Miyu Lecter- Ciudadano
- Edad PJ : 28
Localización : Drinking your blood.
Fecha de inscripción : 09/09/2015
Re: When you see her [Priv. Miyu Lecter]
Y ahí estaba. Los ojos de la pequeña se posaron sobre los suyos y Leo entrecerró los ojos para fijarla como su punto de atención, como un león a su presa. Ladeó la cabeza ligeramente hacia la derecha y su cabello como si de una cascada al viento se trataba, caía con gracia sobre su costado derecho. ¿Qué hacía allí? Llevaba el uniforme escolar y estaba bebiendo alcohol, quizás por eso llevaba esa cara de muerta en vida, porque era evidente que sus ojos no expresaban diversión, ¿tan bebida estaba?. Se rió ante la situación tan inusual que se presentaba ante sus ojos.
La camarera le tocaba el brazo con cierto cariño e interés para llamarle la atención y a su vez, que viera que ya tenía su vaso listo. Leo miró a la camarera y pudo saber que estaba encendiendo sus bajos instintos, curioso cuando ni siquiera se había propuesto eso, aun que la verdad estaba bastante acostumbrada a esas reacciones. Sonrió de forma complacida a la chica y agarró su vaso dándole un trago, el sabor ácido del limón y lo frío del agua se le hacía una mezcla deliciosa. Sin querer prestarle más atención a la camarera, se apartaba de la barra y volvía a buscar a la estudiante con el mirar, frunciendo ligeramente el ceño al ver que no la encontraba, ¿dónde se había metido? no es que le importara, pero ya que le había llamado la atención, por lo menos quería brindarle a la muchacha el placer de tener su compañía. Y con ese pensamiento soberbio, se encaminaba a los sofás en donde la esperaba su casco y compañeros. No fue hasta sentarse que se dio cuenta de en donde estaba su pequeño conejito. ¿En serio estaba rodeada de penes infantiles que seguramente ni sabrían lavárselos bien aún? suspiró con decepción y negó con la cabeza, ¿qué mierdas tenían en la cabeza esas niñas de hoy en día? frunció el ceño en notable molestia y apartó los ojos de la muchacha para ahora fijarse en su compañera que posaba con disimulo la mano derecha sobre su muslo izquierdo y apretaba ligeramente. "Maldita cerda, esta tarde presumías de lo feliz que eras con tu novio." Rebufó y se cruzó de piernas de una manera que obligaba a la mujer a apartar la mano, no es que a Leo le importara las relaciones de los demás, simplemente no tenía ningún tipo de interés en su compañera y según qué confianzas sin su permiso, le molestaba.
Dejó el vaso sobre la mesa y volvió a levantarse, sin dar explicaciones y ante la mirada de sus compañeros, se encaminó hasta el pequeño conejito que había visto antes, llamando ahora la atención de los chicos que la rodeaban como perros en celo, no terminaba de saber qué le daba más pena, si los chicos o la muchacha que lo estaba permitiendo. Se acercó todo lo que pudo y más al cuerpo de la pequeña, adentrándose totalmente en su espacio personal para rodearle la cintura con el brazo derecho con total confianza y seguridad y agacharse con tal de susurrarle al oído. Tanto los chicos que rodeaban a la pequeña como los compañeros de Leo que miraban desde el sofá estaban atónitos.
—Vamos a bailar.— Ordenó, porque estaba claro que no se lo estaba pidiendo, se lo estaba exigiendo, así era Leo, cuando quería algo simplemente lo tomaba. Se alejó lo justo para agarrarle la mano y tras una sonrisita que invitaba al demonio a ir al cielo, estiró lo justo como para hacerla reaccionar y que obedeciera, porque no se había planteado la opción de que la muchacha se negara, a fin de cuentas, bailar con ella era mucho mejor que estar rodeada de sacos de hormonas andantes, más aún porque Leo inspiraba confianza por muy brusca que fuera a veces y por mucho que no se pudiera confiar en ella.
La camarera le tocaba el brazo con cierto cariño e interés para llamarle la atención y a su vez, que viera que ya tenía su vaso listo. Leo miró a la camarera y pudo saber que estaba encendiendo sus bajos instintos, curioso cuando ni siquiera se había propuesto eso, aun que la verdad estaba bastante acostumbrada a esas reacciones. Sonrió de forma complacida a la chica y agarró su vaso dándole un trago, el sabor ácido del limón y lo frío del agua se le hacía una mezcla deliciosa. Sin querer prestarle más atención a la camarera, se apartaba de la barra y volvía a buscar a la estudiante con el mirar, frunciendo ligeramente el ceño al ver que no la encontraba, ¿dónde se había metido? no es que le importara, pero ya que le había llamado la atención, por lo menos quería brindarle a la muchacha el placer de tener su compañía. Y con ese pensamiento soberbio, se encaminaba a los sofás en donde la esperaba su casco y compañeros. No fue hasta sentarse que se dio cuenta de en donde estaba su pequeño conejito. ¿En serio estaba rodeada de penes infantiles que seguramente ni sabrían lavárselos bien aún? suspiró con decepción y negó con la cabeza, ¿qué mierdas tenían en la cabeza esas niñas de hoy en día? frunció el ceño en notable molestia y apartó los ojos de la muchacha para ahora fijarse en su compañera que posaba con disimulo la mano derecha sobre su muslo izquierdo y apretaba ligeramente. "Maldita cerda, esta tarde presumías de lo feliz que eras con tu novio." Rebufó y se cruzó de piernas de una manera que obligaba a la mujer a apartar la mano, no es que a Leo le importara las relaciones de los demás, simplemente no tenía ningún tipo de interés en su compañera y según qué confianzas sin su permiso, le molestaba.
Dejó el vaso sobre la mesa y volvió a levantarse, sin dar explicaciones y ante la mirada de sus compañeros, se encaminó hasta el pequeño conejito que había visto antes, llamando ahora la atención de los chicos que la rodeaban como perros en celo, no terminaba de saber qué le daba más pena, si los chicos o la muchacha que lo estaba permitiendo. Se acercó todo lo que pudo y más al cuerpo de la pequeña, adentrándose totalmente en su espacio personal para rodearle la cintura con el brazo derecho con total confianza y seguridad y agacharse con tal de susurrarle al oído. Tanto los chicos que rodeaban a la pequeña como los compañeros de Leo que miraban desde el sofá estaban atónitos.
—Vamos a bailar.— Ordenó, porque estaba claro que no se lo estaba pidiendo, se lo estaba exigiendo, así era Leo, cuando quería algo simplemente lo tomaba. Se alejó lo justo para agarrarle la mano y tras una sonrisita que invitaba al demonio a ir al cielo, estiró lo justo como para hacerla reaccionar y que obedeciera, porque no se había planteado la opción de que la muchacha se negara, a fin de cuentas, bailar con ella era mucho mejor que estar rodeada de sacos de hormonas andantes, más aún porque Leo inspiraba confianza por muy brusca que fuera a veces y por mucho que no se pudiera confiar en ella.
Leonna Bardych- Ciudadano
- Fecha de inscripción : 19/09/2015
Re: When you see her [Priv. Miyu Lecter]
Según llegó a estar con los muchachos, ellos flirteaban con ella, como si de un trozo de carne se tratase y, escuchando todas aquellas estupideces, solo les miró uno a uno, ridiculizandoles con apenas tres palabras que salían de su boca, pero eso solo les gustaba más y se acercaban aún más a ella, la cual rodó los ojos y se volteó, lista para irse, pero algo era extraño, se hizo el silencio entre la muchedumbre y se volteó, con el ceño algo fruncido, ya que estaba confusa y miró a aquella muchacha, como si de un armario se tratase comparado con ella, teniendo que alzar la vista para mirarla a los ojos ya que su altura era realmente bajita. Al sentir el abrazo y oír el susurro solo agachó la cabeza, tomándola de la mano, se escapó de entre sus brazos en un abrir y cerrar de ojos, mirándola a los ojos de la muchacha una vez fuera de su prisión, dejando aún más boquiabierta a la muchedumbre, pero eso a ella le importaba bien poco cómo iban a reaccionar aquellas personas.
Soltó su mano y se separó de ella, sin retirar su mirada, increíblemente no tenía otro gesto en su rostro, solo aquel que la muchacha antes había visto, pero ello solo la hacía más adorable.
-No quiero bailar, no me interesa estar en este lugar, no me gusta esta música y aún menos sentirme observada, es por ello, que me retiro, no aguanto más el hecho de ser babeada por ellos ni por nadie. Buenas noches.-
Tras decir esto solo se dio la vuelta y comenzó a irse, bebiéndose su bebida alcohólica en la puerta, dejandole el vaso al guardia de seguridad y salió de aquel lugar. Tenía mucho aguante para el alcohol, y, por ello, nada de ello le afectaba hasta detrás de tres o cuatro copas. ¿Porqué se tomaba aquella bebida? Muy sencillo. Aquella mezcla de sabores, hacía que supiese a la dulce coca-cola con algo de moras. No le sabía a nada de alcohol.
Toda aquella situación solo la ponía más y más nerviosa, no le gustaban las multitudes y aún menos en aquel ambiente de música tan alta, de testosterona y hormonas juntos.
Soltó su mano y se separó de ella, sin retirar su mirada, increíblemente no tenía otro gesto en su rostro, solo aquel que la muchacha antes había visto, pero ello solo la hacía más adorable.
-No quiero bailar, no me interesa estar en este lugar, no me gusta esta música y aún menos sentirme observada, es por ello, que me retiro, no aguanto más el hecho de ser babeada por ellos ni por nadie. Buenas noches.-
Tras decir esto solo se dio la vuelta y comenzó a irse, bebiéndose su bebida alcohólica en la puerta, dejandole el vaso al guardia de seguridad y salió de aquel lugar. Tenía mucho aguante para el alcohol, y, por ello, nada de ello le afectaba hasta detrás de tres o cuatro copas. ¿Porqué se tomaba aquella bebida? Muy sencillo. Aquella mezcla de sabores, hacía que supiese a la dulce coca-cola con algo de moras. No le sabía a nada de alcohol.
Toda aquella situación solo la ponía más y más nerviosa, no le gustaban las multitudes y aún menos en aquel ambiente de música tan alta, de testosterona y hormonas juntos.
Miyu Lecter- Ciudadano
- Edad PJ : 28
Localización : Drinking your blood.
Fecha de inscripción : 09/09/2015
Re: When you see her [Priv. Miyu Lecter]
Un jarro de agua fría, no no, un glacial entero se le cayó encima cuando la pequeña se soltó de su mano. A pesar de que la música aún sonaba, la tensión y el silencio de los que las miraban se hizo evidente. Esperaban reacción por parte de la mayor que aún seguía descuadrada.
"¿Pero qué coñ...?" Comenzaba a reaccionar y a darse cuenta de lo que había pasado, ¿en serio la estaba rechazando? cambió su expresión a una divertida, volviendo a entrecerrar los ojos, esta vez su mirada era de desprecio a la vez que dibujaba una sonrisa burlona.—Oh, ¿la niña rodeada de pollas ya se ha cansado de beber y hacerse la borracha para llamar la atención?— Expulsaba las palabras con veneno pero no llegaba a gritar, sí que de un momento a otro la había sorprendido, pero ahora solamente la veía como una pequeña calientapenes más del montón, igual que el interés le vino, se fue, quizás también era despecho muy en el fondo de su corazón, pero no eran sentimientos que Leo dejara salir a flote o fuera siquiera consciente de ellos. Sin esperar siquiera a que la muchacha terminara de hablar, se daba la vuelta sobre su talón y volvía con sus amigos, cuyos tras hacer un par de bromas y reírse con ella, comenzaban a hablar de temas varios olvidando lo que había ocurrido segundos antes.
Tres horas después Leo salía del lugar cargada en su casco, se sentía cansada y con dolor de cabeza, lo primero que haría al llegar a casa era darse otra ducha fría antes de dormir. El rugido del motor de su moto le liberó endorfinas, daría una vuelta antes de irse a casa.
"¿Pero qué coñ...?" Comenzaba a reaccionar y a darse cuenta de lo que había pasado, ¿en serio la estaba rechazando? cambió su expresión a una divertida, volviendo a entrecerrar los ojos, esta vez su mirada era de desprecio a la vez que dibujaba una sonrisa burlona.—Oh, ¿la niña rodeada de pollas ya se ha cansado de beber y hacerse la borracha para llamar la atención?— Expulsaba las palabras con veneno pero no llegaba a gritar, sí que de un momento a otro la había sorprendido, pero ahora solamente la veía como una pequeña calientapenes más del montón, igual que el interés le vino, se fue, quizás también era despecho muy en el fondo de su corazón, pero no eran sentimientos que Leo dejara salir a flote o fuera siquiera consciente de ellos. Sin esperar siquiera a que la muchacha terminara de hablar, se daba la vuelta sobre su talón y volvía con sus amigos, cuyos tras hacer un par de bromas y reírse con ella, comenzaban a hablar de temas varios olvidando lo que había ocurrido segundos antes.
Tres horas después Leo salía del lugar cargada en su casco, se sentía cansada y con dolor de cabeza, lo primero que haría al llegar a casa era darse otra ducha fría antes de dormir. El rugido del motor de su moto le liberó endorfinas, daría una vuelta antes de irse a casa.
TEMA CERRADO
Leonna Bardych- Ciudadano
- Fecha de inscripción : 19/09/2015
Temas similares
» Miyu Lecter (ID)
» Una piedra presiosa, un plan perfecto (priv Miyu)
» ¡Shhhhht! [Priv. Jubileus]
» Es un secreto [Priv. Celes]
» Misión de Investigación I [Priv. Eri]
» Una piedra presiosa, un plan perfecto (priv Miyu)
» ¡Shhhhht! [Priv. Jubileus]
» Es un secreto [Priv. Celes]
» Misión de Investigación I [Priv. Eri]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Oct 28, 2015 3:46 pm por Hakudoshi Hiragui
» Sakura Feudal [Aviso]
Mar Oct 27, 2015 3:07 am por Invitado
» Feudal Inuyasha - Crossover Inuyasha y Tsubasa Chronicles - (Élite)
Vie Oct 23, 2015 1:05 pm por Invitado
» ▬ KI NO JIKAN [BORRADO DE BOTON -REAPERTURA ELITE]
Mar Oct 20, 2015 3:18 pm por Invitado
» En la tienda 24h [Privado con Jubileus]
Dom Oct 11, 2015 9:47 pm por Eri Misaki
» El regreso de la Novata
Dom Oct 11, 2015 8:54 pm por Sebastian Castellanos
» Destino:Algo de lo que no puedes escapar || Priv. Lycus Vitae
Dom Oct 11, 2015 2:42 am por Lycus Vitae
» ¡Cuidado que viene el lobo!
Dom Oct 11, 2015 12:28 am por Winter Wolf
» Luz de Luna. [LIBRE]
Sáb Oct 10, 2015 1:20 pm por Reine Fleur